viernes, 14 de mayo de 2010

Pausas


3. Diálogo. Está íntimamente ligado a la dialéctica como arte de hablar, de discutir, discernir, buscar la verdad a través del contraste de las ideas. Requiere que los dialogantes se traten con respeto y que se reconozcan el uno en el otro. Sócrates, el gran dialéctico heleno, entendía que su método, la mayéutica, era como un parto que le permitía sacar del otro la verdad escondida. El hombre no sabe cuánto sabe. Es el diálogo que le permite descubrir su propia verdad. Ahora que hablamos de dialogo, debemos reflexionar sobre la ética del diálogo, sobre la palabra y como la empeñamos. Dialogar es encontrar los puntos de coincidencia; es dar un poco para logar lo que queremos. Los dialogantes se sienten en una competencia, no solo por los logros que esperan alcanzar, sino por la sabiduría que demuestran tener. Es sabio el que alcanza a solucionar los problemas. Después de todo, de lo que se trata no es de la competencia ingeniosa, sino del bien de todos. El dialogo es el camino. Dice el pueblo con mucha sapiencia: dialogando la gente se entiende.


2. La democracia representativa, fundada en la idea de la soberanía del ciudadano, que delega sus poderes a otro para que le represente entre asamblea y asamblea, ha dado paso a una democracia de los consensos. La sociedad de la información y de las redes sociales, permiten un plebiscito diario, que es el que da pie a la legitimidad de los gobernantes. Como los periodos de reunión de la gran asamblea de ciudadanos son de 4 a 6 años, es perentorio postular el referendo revocatorio, para que los soberanos decidan si --pasado un tiempo-- se sienten bien representados. Como la posibilidad de consultar y oír a los ciudadanos soberanos es mayor en el siglo XXI, pecan de traidores a los poderes representados quienes enajenan la voluntad de los ciudadanos a favor de sus propios intereses. De ahí, en suma, que es imperioso pensar en una democracia consensuada como una consulta permanente. ¡Escuchar a los ciudadanos y tomar en cuenta sus opiniones, debe ser la principal tarea de los representantes! De lo contrario no son más que testaferros y la representación queda trunca. Entonces, lo que queda es una democracia formal, pero en el fondo no es más que una dictadura de los intereses particulares de los representantes.


1.Una Universidad debe ser un centro académico en el que impere el saber como búsqueda, para con él cambiar el error por la verdad. Las universidades han sido centros de respeto a los derechos humanos en la medada en que están fundadas en la tradición de las humanitas, que ponen al hombre como centro del universo. La universidad y lo universitario es una puerta para el aprendizaje de formas democráticas de convivencia. Siempre estará contra al uso de la fuerza, la presencia miliar, los gritos y a las imposiciones. Donde otros ponen la fuerza, los universitarios colocamos el diálogo y la comprensión. ..Tenemos esperanza de que en la Universidad de Puerto Rico retornemos al camino de la democracia, en la que debe imperar el diálogo, la cultura de paz, los consensos y el respeto a los derechos de todos.

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